Para animar a nuestros hijos pequeños a limpiar los derrames y roturas en casa, empezamos con un buen modelo de conducta y continuamos con mucha paciencia y algunas herramientas de tamaño infantil.
Consideraremos:
Un buen modelo de conducta: limpiar nuestros propios derrames lentamente y con precisión si el niño está observando.
Empezar cuando son pequeños: una vez que el niño pueda caminar con seguridad, podrá limpiar un derrame, y a partir de los 18 meses muchos niños serán capaces de limpiar un pequeño derrame de forma independiente y podrán sentirse satisfechos por ello.
Utensilios pequeños de limpieza accesibles para los niños: en realidad no se trata de los materiales que utilicen. Sin embargo, un trapo pequeño es esencial. Asegúrate de que el niño pueda alcanzarlo sin la ayuda de un adulto. El niño tiene que saber dónde están los materiales de limpieza y ser capaz de alcanzarlos de forma independiente.
Utensilios de limpieza a tener en cuenta pueden ser:
Una botella de spray (con agua y un poco de vinagre o aceite esencial) puede ayudar a limpiar los derrames pegajosos.
un recogedor y un cepillo pueden ayudar a limpiar los platos rotos.
un cubo que el niño pueda llenar puede ayudar con los derrames grandes.
un guante de limpieza o una esponja pequeña también pueden ayudar a limpiar.
una fregona también puede ayudar con los derrames más grandes o la limpieza en general.
Las indicaciones verbales deberían ser: si mi hijo no limpia un derrame, le daré una indicación verbal: “Veo que has derramado la leche, busquemos un paño y limpiemos esto”.
Limpiar juntos: si mi hijo no está interesado en limpiar, le propondré que lo hagamos juntos: “¿quieres limpiar o rociar?”, “¿quieres barrer o coger el recogedor?”.
Volver a ver el motivo de los derrames: si estos ocurren con frecuencia, debemos evaluar los motivos: ¿la jarra está demasiado llena, el vaso del niño es demasiado grande, la mesa está demasiado alta para que el niño pueda ver cuando el vaso está lleno, el niño necesita más práctica para verter?
Apoyar y permitir que el niño se apropie de sus propios espacios: si un niño se apropia de una zona es más probable que se enorgullezca de la limpieza y el orden de ese espacio y es más probable que limpie cualquier derrame.
Desarrollo de habilidades prácticas: los niños necesitan practicar para desarrollar habilidades prácticas como verter, limpiar o barrer. Todas ellas requieren fuerza, coordinación y concentración. Los errores o los derrames son una parte del proceso que podemos, sí es posible, aceptar. Es un proceso de aprendizaje y los niños pueden aprender mucho de los derrames y las roturas.
Mantener una actitud positiva y aceptar la limpieza: los derrames y las roturas ocurrirán, pero podemos enseñar a los niños a ser resilientes y a limpiar los derrames sin dramatizar.
Enlace:
