Cuando estaba de practicas nos plantearon investigar este tema – la voz del niño- para poder realizar un cambio dentro de un centro infantil.
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Para mi sorpresa los resultados fueron asombrosos, me hizo ver la importancia que tiene una cultura de escucha y la forma en la que los niños/as pueden plantear las cosas que les afectan.
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También pude ver las desigualdades y comprender los antecedentes de cada niño/a y solo así nos aseguramos que el centro era totalmente inclusivo.
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Me di cuenta que escuchar es muy importante y ayuda a crear un entorno positivo que fomenta las relaciones de confianza.
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Una cultura de escucha se define como aquella en la que “la escucha de las experiencias y opiniones individuales se identifica como una característica esencial del enfoque y el espíritu del entorno” (NCB, 2009, pág. 1). Esto se refiere a los profesionales y los adultos que se comunican con respeto hacia los niños/as y pueden observar y documentar lo que sus voces aportan.